La Psicología del Consumidor, también conocida como Psicología del Marketing, es la rama de la Psicología encargada del estudio de la forma de pensar y de comportarse del consumidor, con ello se puede identificar sus actitudes, motivaciones, valores y creencias.

Entender cómo piensa, siente y actúa la gente, buscando no solo vender un producto o servicio sino también crear una experiencia que fomente la lealtad y promoción de la marca, para ello se utilizan técnicas psicológicas que influyen en la mente de los consumidores.

La Psicología del Consumidor, también conocida como Psicología del Marketing, es la rama de la Psicología encargada del estudio de la forma de pensar y de comportarse del consumidor, con ello se puede identificar sus actitudes, motivaciones, valores y creencias.  

Entender cómo piensa, siente y actúa la gente, buscando no solo vender un producto o servicio sino también crear una experiencia que fomente la lealtad y promoción de la marca, para ello se utilizan técnicas psicológicas que influyen en la mente de los consumidores.  

Algunas de las teorías psicológicas que se pueden aplicar al marketing son: 

1. La prueba social 

Esta teoría supone que los seres humanos confían más en los productos cuando conocen a otras personas que afirman que esos productos son valiosos. Esto a menudo se conoce como mentalidad de rebaño y se basa en la idea de que las personas se sienten más seguras y cómodas cuando forman parte de un grupo, siendo más probable que hagan algo si ven que otros lo hacen. 

Los testimonios de influencers, reseñas y estudios de casos son formas de prueba social que pueden influir poderosamente en las decisiones de compra, ya que los consumidores suelen confiar más en la opinión de otros consumidores que en la publicidad directa de la empresa. No olvidemos que un 95% de los consumidores afirman que tanto las reseñas positivas como las negativas influyen en sus decisiones de compra. 

2. Aversión a la pérdida, urgencia y escasez 

Esta teoría de la psicología del comprador se centra en la idea de que los consumidores valoran más los artículos que parecen limitados, escasos o difíciles de adquirir.  

Si los artículos son de fácil acceso, pueden tener un valor menor para los consumidores. Cuando un artículo escasea, hace que el consumidor tenga una sensación de urgencia para actuar con rapidez y realizar una compra. La escasez se puede crear de varias maneras, incluido el uso de ofertas por tiempo limitado o diciendo que solo quedan unos pocos artículos en stock. 

3. Efecto de anclaje 

Con esta teoría, los consumidores suelen utilizar el primer artículo que ven como punto a partir del cual toman sus decisiones. Esta teoría se aplica mejor a la determinación del precio de un producto o servicio y es especialmente eficaz si la rebaja es por tiempo limitado, ya que también crea una sensación de urgencia. 

Una táctica de marketing es mostrar a los clientes cuánto se ahorran con cada compra, por ejemplo, cuando ofreces un plan de suscripción mostrándoles cuánto se ahorran comprando un plan anual en lugar de uno mensual o, si tienes un artículo que normalmente se vende a un precio, puedes ofrecerlo a un precio de oferta y hacer hincapié en la cantidad en dinero que se ahorran como resultado de la venta.  

4. El efecto Pigmalión 

Esta teoría de la psicología del marketing afirma que, si crees algo sobre ti mismo, se convertirá en verdad. Además, si otra persona cree algo sobre ti, también puede convertirse en verdad. 

Una buena forma de enfocar esta estrategia es identificar los valores fundamentales de tu marca y comunicar dichos valores a tus consumidores para ayudarles a tomar decisiones basadas en la compra, de esta forma, estarás proporcionando expectativas claras e incorporando tus valores fundamentales a todo lo que haces. 

Es importante para conseguir los objetivos deseados que, tus empleados conozcan estos valores fundamentales y los tengan siempre presentes.  

Cuando se utilizan estas estrategias, debes ser responsable y evitar manipular las emociones de tus clientes, evitando hacer promesas que no puedas cumplir y ofrecer una información veraz, creando un ambiente de confianza que beneficie tanto a la empresa como a los clientes.